23
Nov
09

Laca y lentejuelas unieron a Mirla Castellanos y a El Puma

Fotos Kisai Mendoza

Foto Kisai Mendoza

El Pavo Real lo hizo otra vez. El pasado sábado en la noche volvió a mover despacito sus caderas, a derrochar sensualidad, a regalar rosas y a impresionar con su potente voz… pero sobre todo volvió a desbordar pasiones. En el cierre de su gira José Luis Rodríguez en concierto, El Puma alborotó las hormonas de decenas y decenas de mujeres -en su mayoría madres y abuelas- que se dieron cita en el Hotel Eurobuilding. Y consiguió hasta cautivar a los esposos de sus fieles fanáticas.

A las 11:30 p.m., vestido con un traje negro hizo su aparición en escena. El delirio apenas arrancaba. Tendría tan sólo dos minutos en tarima y ya las doñitas -que sacaron del clóset sus lentejuelas y sus vestidos de cola- comenzaban a soltar perlas como ‘Puma estás divino’, ‘¡Ay Dios, qué belleza!’, ‘Quiero ser tu mujer’, ‘Ámame’, ‘Estás buenote, papito’.

Él se reía, y mientras más halagos recibía más se mordía el labio inferior, les lanzaba besos y les picaba el ojo. Todo un Don Juan en escena. Un grande, de esos que no importa cuánto tiempo dure fuera de los escenarios, nunca pasará de moda.

Con Qué buena está la fiesta mamá le dio inició a dos horas de show en la que no se detuvo en complacer a sus fans, entre los que se encontraban Gilberto Correa, Guillermo «Fantástico» González, Pilín León y Huáscar Barradas.

«Le doy gracias a Dios por el privilegio de contar esta noche con ustedes. Lamentablemente no tienen una buena pista para bailar. Se las debo. ¡Ah! ¿Tú quieres bailar conmigo? -señalaba a una señora- pues vamos a bailar», dijo para luego continuar con un concierto similar al que realizó el año pasado en el Teatro Teresa Carreño, en el que incluso repitió comentarios como «Mujeres, perdonar es olvidar».

Pero eso poco le importó al público, que en ningún momento dejó de hacerle coro. Ni mucho menos les interesó el reducido espacio, se lanzaron a bailar.

Voy a conquistarte, Culpable soy yo, Boca, dulce boca, Amalia, Amante eterna, De punta a punta, Atrévete, Pavo real -con el que sedujo con sus caderas y sus movimientos de baile- y Tengo derecho a ser feliz, fueron algunos de los temas de la noche.

Pero fue con el homenaje al maestro Billo’s Frometa y a su orquesta que El Puma puso la nota romántica y sentimental. «Con ellos canté más de 450 temas». Entre ellos entonó: Quiero verte una vez más, Juanita Bonita, Charlemos, entre otras.

Y aunque no compartieron tarima -posiblemente sí la cantidad de laca que les sostenía el cabello-, antes de que El Puma desbordara pasiones, se montó en tarima la Primerísima Mirla Castellanos.

Ella simplemente cautivó. Se convirtió en la protagonista de todas sus historias. Cambiaba al ritmo de sus canciones, del sufrimiento y las lágrimas a la alegría y la risa, de manera casi imperceptible. Con una blusa blanca y una falda verde oliva, la Castellanos disfrutó y se dejó disfrutar.

Complació durante poco menos de una hora las peticiones del público. Subió a la tarima a Gilberto Correa para bailar Frenesí, y de paso no dejó duda alguna del potencial de su voz.

La Primerísima se paseó por temas como Muera el amor, Yo no sé vivir sin ti, No le hagas lo que a mí, La vida es una tómbola, Alfonsina, Si no estuvieras tú, Maldito amor y cerró con Venezuela.

El romanticismo se apoderó desde temprano en el concierto que abrieron Los Hermanos Rodríguez, quienes con sus inolvidables boleros volvieron a enamorar a más de uno.

Dubraska Falcón
Publicado en el Diario EL UNIVERSAL

 


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